A la espera de informaciones de cómo marchan las negociaciones que con la mediación de la OEA llevan a cabo en Washington las cancillerías de RD y Haití, se dan a conocer cifras reveladoras de que lo del embargo por aire, mar y tierra desde mediados de septiembre del año pasado fue una decisión impulsiva porque ha resultado más la sal que el chivo. Dice ProDominicana que las exportaciones hacia Haití cayeron en el último cuatrimestre (a partir de septiembre) un 33.3% y la Dirección de Aduanas anuncia que el desplome durante el 2023 llegó a un 19.3%. Mal negocio para las exportaciones y para el comercio binacional fronterizo. Entretanto, los haitianos siguen desentendidos y continúan construyendo su canal, más grande ahora, mientras el de La Vigía nunca operó.