Parece que Marcha Verde pasó a la historia. Un movimiento contra la corrupción que puso a la defensiva al poder político, que prefirió “dejarlo pasar”. Sus argumentos sobre los escándalos tras las revelaciones de los sobornos de Odebrecht no dejaban más alternativa. Según el accionar de sus auspiciadores, envueltos en iniciativas sociales o políticas distintas, al movimiento le cantaron el réquiem. ¿Quién o quiénes harán la historia? ¿Cuáles fueron los aprendizajes? ¿Quedará todo ese accionar suelto por ahí, sin siquiera un análisis sobre la experiencia, sin que se explique cómo surgió, si se fundamentó en algún método, si fue simplemente espontáneo, y sin que no haya un fruto medible de progreso social y político? Un fin silencioso.
En silencio
Parece que Marcha Verde pasó a la historia. Un movimiento contra la corrupción que puso a la defensiva al poder político, que prefirió “dejarlo pasar”.