Hay que aplaudir el acuerdo de la ADP y el Minerd en presencia de Abinader, pero tiene sus bemoles y echa por la borda el Pacto para la Reforma Educativa suscrito por titirimundati el 1 de abril de 2014. Se celebra ahora que la ADP se comprometa a no interrumpir la docencia, pero ese pacto de hace nueve años la obliga a cumplir “el horario escolar” y a hacer sus actividades “fuera del calendario”. Se debió exigir a la ADP que cumpla lo pactado en 2014 y no dejar la impresión de que al ministro Hernández le quitaron la bola de la mano, y la sensación de que le tumbaron el pulso por lo que sus responsabilidades se debieron cumplir desde el Palacio Nacional, lo que lo hace ver chiquito.