Pese a las críticas que por anticipado recibieron los docentes de Monseñor Nouel, de todas maneras ayer, en vez de retornar a las aulas tras la pausa navideña, realizaron una asamblea “reivindicativa” y los estudiantes perdieron su primer día de clases. Esos maestros de 106 escuelas obedecieron el llamado de la ADP, que parece no renunciará a la odiosa práctica de priorizar la lucha sindical mientras niega a los estudiantes un servicio esencial como el de la educación. Quizá habría que desempolvar el precedente de Barahona, donde padres sometieron a la Justicia a maestros en huelga acusándoles de afectar la educación de sus hijos y obtuvieron ganancia de causa. Mejor todavía, el Tribunal Constitucional ratificó la sentencia. Debiera ser la respuesta cada vez que los maestros abandonen las aulas.