Es pan comido en comunicación, que cuando se transmite algo y el propio emisor tiene que aclarar lo que quiso decir, es porque el mensaje llegó incompleto o se comunicó indebidamente. Es lo que le ocurre con frecuencia al Gobierno, y como casos recientes están la publicación de 18 auditorías por la Controlaría, que mantiene “vueltos locos” a ministros y directores, abiertamente a la defensiva y sin ningún beneficio para el que colocó el tema. Lo otro es lo del plan de medicamentos de alto costo, que ha obligado al aparato comunicacional del gobierno a una costosa ofensiva propagandística para amainar los daños, porque lo que se entendió fue que era una pesada carga de RD$8 mil millones, por lo que las ARS tenían que hacerse cargo de dicho plan.