A propósito de la tragedia en la discoteca Jet Set y del abuso de medios digitales y usuarios de redes sociales que airean por morbo imágenes de personas fallecidas y manipulación de cadáveres, transgrediendo normas elementales de humanidad e irrespetando el honor y la intimidad, cabe rememorar dos hechos emblemáticos: la entereza de los familiares de Michael Schumacher, piloto siete veces campeón de F1, que han rechazado ofertas millonarias y no permiten que trasciendan fotos tumbado en la cama (lo prefieren desbordante y feliz), y el caso de la radiante princesa Diana, uno de los más sonados debates sobre daño a la privacidad de una persona y la dignidad de su familia, por las fotografías dramáticas captadas bajo el Puente del Alma en París, minutos después del accidente automovilístico.