Fue correctísima la decisión del Gobierno dominicano cuando en julio de 2022 no firmó la “Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección”, pensada y redactada por los EE.UU. para proteger sus fronteras y redireccionar hacia otros países la migración que le presiona.
Haberlo hecho hubiera significado dar estatus de refugiado a todo haitiano que invoque desde nuestro territorio persecución política o que huye de la violencia, así como de la calamitosa miseria. Si no se suscribió esa vez que en presencia de Joe Biden se dijo que no, mucho menos ahora cuando la crisis en Haití es más acendrada y la petición proviene de una funcionaria de segunda categoría como Marcela Escobari, asistente especial del presidente Biden. ¡No, no, no, díganle que no a esa… declaración!