Es muy probable que a Luis Valdez, director de Impuestos Internos, le asista la razón al decir que felicitaría al Gobierno que surja y en algún momento encuentre la fórmula para eliminar el anticipo de las empresas. Además de lo complejo del proceso, estamos hablando de que se dejaría de percibir una millonada nada despreciable. El problema radica, si es que existe alguno y no se trate de un tema de la campaña política, de que fue el PRM el que incluyó en su programa de gobierno que simplificaría el Código Tributario y que gradualmente eliminaría el anticipo para todas las empresas. Cuando se redactó ese programa no se creyó, como se dice ahora, que se necesitaría de una “fórmula mágica” para poder sustituirlo.