Esta es la hora en la que Margarita Cedeño no da señales de vida luego de los resultados de la consulta interna del PLD en la que fue candidata y ocupó un lejano tercer lugar. Le critican su ausencia en la proclamación del ganador, aunque se le reconoce nobleza por felicitarlo. La doctora Cedeño no debe permitir que en el imaginario popular quede la idea de que no sabe perder, algo que no es propio en un político de verdad, el que tiene la habilidad, en medio de su decepción, para gestionar el fracaso. Que aprenda de Hillary Clinton, que tras una de las campañas más fieras y ásperas de la historia electoral de EE.UU. fue a la toma de posesión de Donald Trump y dio la cara: “Soy una exprimera dama, y las exprimeras damas asisten”. Eso es respetar la institucionalidad.