Cuando Zoe Saldaña recogió su Óscar recordó con lágrimas a su abuela, a su madre y resaltó su dominicanidad. Y aunque las reseñas periodísticas subrayan su “origen dominicano” para nosotros es exactamente como si hubiese nacido aquí, pese a los “peros”, los mismos que surgieron con Félix Sánchez porque “dizque” ni español hablaba, o con Álex Rodríguez porque creció en Miami, o con Moisés Alou, porque nació en Atlanta. Sin embargo, la dominicanidad la establece el artículo 118 de nuestra Constitución, que dice que los hijos de padres y madres dominicanos son dominicanos. Fue el pitcher Delin Betances, al que “los gringos” querían reclutar y eligió a este país el que le puso la frutilla al bizcocho cuando aclaró: “Los dominicanos nacemos donde nos da la maldita gana”.