Resulta indetenible la marcha de Donald Trump hacia la nominación por el partido Republicano y a la Casa Blanca. Gana en todas las encuestas que lo miden con sus contendores internos y contra Joe Biden, pero hay otra reciente que causa pánico, y es que también barrería en los siete estados llamados “swing states” o estados bisagras, que no dominan ni republicanos ni demócratas. Para detener a Trump, engendro del mal, tendrán que inventarse algo, y el primer ensayo para inhabilitarlo, para que no sea candidato, ha sido desempolvar una enmienda constitucional de hace 155 años, a ver si otros estados se animan a imitar al Tribunal Supremo de Colorado, con lo que se olvida (ahí está Milei), que los pueblos se dan a los gobernantes que entienden satisfacen sus expectativas.

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