Fue el 16 de febrero de 1973 que se supo del fusilamiento en Nizaito del coronel Francis Caamaño, por lo que ayer se cumplieron 52 años de la desaparición física de quien liderara la revuelta cívico-militar de abril de 1965 y enfrentara, armas en manos, a los soldados invasores de Estados Unidos. Francis Caamaño es hoy únicamente un lejano recuerdo, como lo evidencia que pocos recordaran el aniversario, pero es probable también que, como dice la canción en su honor, siga viviendo en el pueblo. A propósito, dijo Abinader recientemente que sin los militares y policías “no habría patria”, pero quizá no debió generalizar y sacar comida aparte a los de la estirpe de Caamaño, Fernández Domínguez, Lora Fernández y demás. ¿Habrá muchos hoy suficientemente dignos de calzarse sus botas?

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas