Siempre se habla del pobre nivel de nuestros congresistas y a veces se cree que se exagera, pero cuando se pueden ver las sesiones del Pleno del Senado en “vivo y directo”, como ahora con la Ley de Extinción de Dominio, ahí es que esa pintura es dura. Mientras la crema y nata del empresariado, la comunidad jurídica más calificada y el sector bancario desmenuzan esa pieza, los senadores se baten en un constante dime y direte y en un tú me tiras a mí las cajas y yo los cajones. Hay dos, ella y él, que no se dejan pasar una con tal de llevarse la contraria. ¿Por qué despotrican y refunfuñan tanto? Hasta algunos dados por serios se dejan ganar por el berrinche.