Quizá se exagera con un tema que ha trascendido sólo en redes sociales, respecto a que supuestamente pierde vigor el discurso ético de Milagros Ortiz Bosch y se desdibuja su figura, al relativizar cuando tildó de “subsanables” los hallazgos expuestos en las auditorías de la Contraloría. Dicen que le echó agua al vino. La reacción en su contra quizá se deba a que tiene acostumbrado al país a no dorar la píldora frente a “lo mal hecho”, aunque hubiera gente de su partido de por medio. Quizá exageran también las redes al traer a colación que tanto Hugo Tolentino Dipp como Virgilio Bello, dos montañas de moralidad, prefirieron recoger sus motetes y renunciar a los cargos que ocupaban antes de contemporizar con lo que evidentemente no compartían.