Sin hacerles caso a los vaticinios fatalistas, que se publicaron en su contra semanas antes de montarse la pelea por el campeonato mundial del peso mediano junior (154 libras), Jeison “Banana” Rosario dio la gran sorpresa.
Nunca dudé de su contundente victoria, lograda el pasado 18 del cursante mes en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos. El valiente boxeador dominicano capturó el campeonato mundial del peso mediano junior (154 libras).
Dispuso, en forma contundente en el quinto asalto, del estadounidense Julian Williams quien defendía el cetro mediano junior por primera vez y que tiene el aval de la Federación Internacional de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo.
“Banana” Rosario, quien apenas tiene 24 años de edad, echó por el piso el vaticinio de los expertos que daban con favorito al peleador local por un margen de 10-1.
Pero, además en las casas de apuestas de Las Vegas Nevada, el gran favorito para ganar la pelea era Williams quien sufrió su segundo fracaso en 30 combates del boxeo rentable.
La victoria del joven púgil criollo da un nuevo respiro al boxeo rentable de República Dominicana y motiva a otros púgiles para que cuando les lleguen oportunidades de contender por otras fajas mundiales emule a Banana Rosario.
El pasado 30 de noviembre, en uno de los lujosos hoteles de la bautizada como “La Ciudad del Juego”, dispuso sin mayores inconvenientes a su rival estadounidense que sufrió su segunda derrota en Las Vegas.
La gran victoria
Varios fanáticos, que son asiduos televidentes del programa Momentos del Boxeo -que comparto con Héctor Gómez y Antonio Tavárez – disfrutaron en grande el triunfo de Rosario.
Uno de esos fanáticos, Roberto Hernández Rivera, me preguntó que si no había revancha entre Rosario y Williams. La respuesta le llegó de inmediato al amigo aficionado: “No se puede descartar una segunda pelea de Rosario y Williams”.
Sin embargo, creo que en lo inmediato una segunda pelea Rosario-Williams. Aunque si hay buen dinero para el boxeador dominicano y su equipo, se podría pactar ese segundo pleito. Recordemos que negocio es negocio.