LAS VEGAS, NEVADA (EE.UU.).- El vocablo nocaut, a propósito del esperado combate entre Gennady Golovkin y Saúl -Canelo- Álvarez, está en labios de mucha gente aquí en Las Vegas.
Quienes más creen en esa posibilidad son los expertos. Algunos dicen que cualquiera de los dos puede dar KO.
Los dos púgiles, cada vez que responden preguntas de la prensa, afirman que “todo está bien”. Al momento de verse las caras, encima del cuadrilátero, no debe haber problemas a nivel de condición física.
La condición física, en cualquier deporte, es clave para que el atleta pueda alcanzar el éxito… y el boxeo es exigente en ese aspecto porque si un peleador no tiene posibilidades de ver cristalizado su objetivo se trunca. Otro elemento clave, que entra en la misma condición física, es la ceremonia del pesaje. Los boxeadores están obligados a llegar a la báscula sin ninguna dificultad.
Sobre este aspecto no creo que Golovkin y Canelo Álvarez tengan problemas. Ambos han desarrollado programas excelentes que marcan sus entrenamientos.
El pasado lunes, de acuerdo con reportes de los campamentos de ambos púgiles, ninguno de los dos se veía afectado por el peso. Estaban en ruta a llegar a la báscula sin ningún problema.
Canelo Álvarez pesaba 163 libras, en tanto que Golovkin estaba en 163.5. Esto significa que en ese momento, a seis días del combate, estaban prácticamente “perfectos” en el plano físico. La pelea está pactada en la división de los medianos. Significa que ambos deben pesar 160, o menos libras.
El lobby del hotel MGM
El lobby del monumental hotel MGM sirve de plataforma para todas las importantes actividades relativas al match Canelo Álvarez-Golovkin. El lunes, al mediodía, fue abierto el centro de prensa. Es el lugar donde los periodistas tenemos nuestra base para realizar el delicado trabajo profesional.
El pasado martes llegaron Canelo Álvarez y Golovkin. Ese mismo día lo hicieron también Román “Chocolatito” González y Moisés Fuentes, quienes tendrán una de las peleas preliminares del cartel, al igual que David Lemieux y Gary O’Sullivan, y Jaime Munguía-Brandon Cook.