Saúl -Canelo- Álvarez vive su mejor momento. Es, sin dudas, el boxeador más importante que tiene el boxeo rentable de todo el orbe. Es una verdad que nadie está en capacidad de denegar.
No solo ha derrotado a sus más fieros rivales, entre ellos al estelar Gennady Golovkin a quien le arrebató el título mediano en una sangrienta batalla, sino a sus detractores.
Cuando afirmo que además de lograr resonantes triunfos (en su expediente profesional apenas figura un fracaso que lo sufrió el 14 de septiembre del 2013 ante el inmenso Floyd Mayweather Jr.), me refiero a un reducido grupo de periodistas mexicanos.
Periodistas que todavía no acaban de reconocer la excelencia de Canelo Álvarez quien ha ganado tres coronas en diferentes divisiones (mediano junior, mediano y supermediano). Y es que la mezquindad y la maledicencia no les permiten a esos ineptos periodistas mexicanos trabajar en base a la objetividad que es la normativa más importante que tiene el ejercicio del periodismo profesional.
El cuatro de mayo, en una pelea que tendrá con el estadounidense Daniel Jacobs, Canelo Álvarez hará la primera defensa de su cinturón mediano que avalan la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo. Y adelanto que de nuevo -para seguir cayendo bocas- Canelo Álvarez saldrá por la puerta del éxito. ¡Ganará hasta por nocaut!
No es tiempo para Munguía
Se ha “calado” un reporte de que Jaime Munguía, invicto boxeador mexicano, podría enfrentar -”y no muy tarde”- a Canelo Álvarez e ir en busca del cetro mediano. Cuando supe de esta especulación reaccioné con esta expresión-pregunta: ¿Pero es que quieren malograr la carrera de este joven peleador?
Oscar de la Hoya, presidente de la empresa Golden Boy Promotions y quien corre con las peleas de Canelo Álvarez, ha declarado que su pupilo “está en otro nivel”.
Pero no descarta que en su momento, tal vez en dos años, Canelo Álvarez enfrente a Munguía.
Sin embargo, Munguía, quien cumplió recientemente 22 años, debe esperar su tiempo… es un sólido campeón mediano junior y tiene un futuro promisorio. ¿Por qué querer arriesgarse?