Danilo Díaz, ministro de Deportes, ni siquiera promesas les ha hecho a los dirigentes del boxeo en el país. Es decir, nunca ha conversado con dirigentes del pugilismo amateur y profesional con el interés, por lo menos, de escuchar las calamidades por las que atraviesa, desde hace varios años, el noble deporte.
Tampoco se ha reunido con los promotores que organizan carteleras del boxeo profesional. E incluso me reveló uno de ellos -no estoy autorizado a publicar su nombre- que “el ministro de Deportes nunca se ha motivado para por lo menos escucharnos”.
Como lo resalté en la segunda entrega, Danilo Díaz se ha dejado sentir a nivel de los medios noticiosos nacionales. Porque ha cumplido algunas promesas hechas para beneficio de disciplinas como el baloncesto, softball, béisbol, tenis…
Lean: En el país, por casi todo su territorio, se han construido -por montones- canchas de baloncesto, tenis y voleibol. Además el país está lleno plays de béisbol y softball. Los atletas de esos deportes no tienen quejas de Danilo Díaz.
¿Y ustedes saben cuántos gimnasios para la práctica del boxeo ha construido el Ministerio de Deportes? Tengo la repuesta: Ni uno.
Pero esa negativa política que afecta al boxeo es vieja. No es “propiedad” de Danilo Díaz y quienes le han diseñado su plataforma.
El boxeo, que ha dado gloria a la patria -por sus resonantes éxitos tanto en el nivel aficionado como el profesional-, sigue marginado. ¡Y no tiene quién lo defienda!
Predicando en el desierto
Sé, y lo ratifico, que al exponer la penosa realidad que vive el boxeo dominicano -por no tener ninguna protección del Estado, a través de Miderec-, mi voz será como la que se escuchó en 1511 cuando Fray Antón de Montesinos dijo su mítico Sermón de Adviento en favor de los indígenas.
Casi seguro no seré escuchado por las autoridades del Ministerio de Deportes. Pero, como dice el pueblo, “la peor diligencia es la que no se hace”.
Son pocas las voces que se manifiestan para que al boxeo se le auxilie. Sí, son pocas voces, pero ¡autorizadas para reclamar derechos!