La explosión de violencia existente, es reflejo de una situación subyacente conformada por múltiples factores exponencialmente acumulados y disparados; histórica corrupción, crisis económica, falta de principios, ambición, frustraciones, ausencia de valores, ignorancia, irresponsabilidad, inmadurez, conflictos existenciales y más.
Imaginar un infante crecer observando el cuadro siguiente; políticos robando impunemente, jueces declarándolos inocentes o archivando expediente, nunca ningún juez preso, asesinos condenados puesto en libertad por jueces corruptos, Fiscales y policías asociados con delincuentes, cárceles con prostitutas.
Es evidente que el núcleo del mal es la ausencia de un sistema de justicia que funcione con honradez, para poder establecer un sistema de consecuencia. Porque parte del relajo y la violencia, es la íntima convicción, en la población, de que con dinero se resuelve todo. Sistema que hay que transformar.
Rescatamos el sistema judicial con lo siguiente:
1.- Que el consejo de la magistratura que designe jueces, sea formado por rectores universitarios.
2.- Que el Procurador sea designado por super comisión formada por Decanos de Ciencias Jurídicas de universidades.
3.- Descentralizar PN.
Que la PN sea descentralizada y convertida en policías provinciales y del D.N y que los directores del DN y municipales de la PN, sean designados por comisiones de seguridad, formadas por los regidores, un cura, un maestro y un pastor evangélico, representando sus respectivos sectores.
- Establecer el sistema de jurados para los casos penales. ¿Cómo? Para cada caso, se eligen al azar 12 ciudadanos, y estos todavía están en el Juzgado, no saben cual caso le toca, hasta que sean llamados; escuchan la acusación del fiscal y la defensa del abogado. Pasan a un cuarto, deliberan entre ellos solos, se ponen de acuerdo de si es culpable o inocente,, y envían su veredicto al juez y se retiran a sus casas. Si en un día no termina el caso, son aislados, hasta el final. Eso sería poner la justicia en manos del pueblo.
Una sociedad con una justicia honrada y sistema de consecuencia, desaparece la corrupción, los recursos no son robados, hay confianza para la inversión, hay recursos para educación, para la formación técnica y profesional de la población, para construir industrias e impulsar la producción, y erradicar el desempleo.
Una Policía descentralizada, liberada de la tutela del poder político central y bajo el control de las autoridades locales, con participación de sectores independientes, tendrá la supervisión y el control local, y la independencia para investigar a todo el que haya que investigar sin importar jerarquía política, económica o social.
Pero para poder hacer esos cambios o transformaciones que requiere el sistema, es necesario y urgente, una profunda reforma constitucional. Que quitará atribuciones o poderes a la presidencia, pero dará más participación a la sociedad, estableciendo un sistema de consecuencia.
Milton Olivo
Político