Señor director: Desde hace unos años hemos sido testigos de cómo la producción local de pitahaya ha ido en aumento de la mano de un nuevo target de consumidores que busca esta fruta exótica; para quienes ya están en el negocio se ha convertido en un producto rentable y sostenible, con potencial para arribar a los mercados internacionales.
El Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) ha publicado una guía técnica orientada a los productores para el cultivo de este fruto, donde se aborda la productividad, agroecología, clima, método de propagación, densidad de siembra y otros temas fundamentales para su cultivo, incluyendo los cálculos de rentabilidad por tarea visto en una línea de tiempo segmentada por años.
Sabiendo de antemano que en algunos países la gran demanda de pitahaya ha superado la oferta, los expertos aseguran que su cultivo tiene un potencial enorme en los mercados internacionales.
En República Dominicana debemos apostar por este cultivo y apoyar los productores que están en el negocio, así como incentivar a que otros que aún no se deciden entren en producción, pues se trata de un cultivo que produce hasta 6 ciclos de cultivo por año.
En nuestras tierras se están produciendo varias especies de pitahayas.
Aunque todavía no alcanzamos cotas altas en volumen de producción de pitahaya, es una gran noticia conocer que la empresa dominicana LUV by Fresh Directions obtuvo el 1er lugar en el Southern Exposure, evento organizado por Southeast Produce Council donde se agrupa grandes empresas procesadoras e importadoras de frutas de los Estados Unidos, lo que quiere decir que, aunque no tenemos aún liderazgo en este mercado, lo estamos haciendo con mucha calidad.
Vietnam es hoy por hoy el principal productor mundial de pitahaya roja con 1.198.854 toneladas en 2019 y 50,000 hectáreas dedicadas a este cultivo.
Es oportuno que apostemos por la llamada “fruta del dragón”, un mercado emergente nos espera allá afuera.
En el Merca Santo Domingo se pueden encontrar frescas y a muy buenos precios.
Mariana Tavárez
Subadministradora MERCADOM
¿30 piezas de plata?
Señor director: El mayor honor que puede tener un competidor olímpico es estar en la plataforma del ganador mientras suena el himno nacional de su país, a menos que, por supuesto, sean rusos. Rusia ha sido prohibida y, por lo tanto, no puede competir a menos que se conviertan en ciudadanos de otro país y algunos en realidad tengan doble ciudadanía o compitan bajo el título de Comité Olímpico Ruso, como representante del propio comité olímpico. Esto no es correcto ni justo.
Judas vendió su alma por treinta piezas, pero estos competidores esperan una recompensa de oro, aunque a qué precio. Están vendiendo efectivamente su propio país y el espíritu de los Juegos Olímpicos. Hay tanto de qué preocuparse en el deporte con los juegos de azar, las trampas y las drogas que nunca debería permitirse un método de trampa autorizado oficialmente.
Quédese en casa y arregle el sistema deportivo de su país.
Dennis Fitzgerald
Subadministradora MERCADOM