En pleno siglo XXI ya con la cuarta revolución industrial, cabe plantearnos hacia dónde nos llevará la tecnología en la medicina del futuro, estas abarcan todo tipo de productos, dispositivos, equipos, materias, terapias y soluciones desarrolladas para el diagnóstico, prevención, control y tratamiento de los problemas de salud.
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con tecnologías sanitarias innovadoras que puedan ayudar a los países a mejorar los resultados sanitarios proporcionando soluciones rápidas incluso en entornos con escasez de infraestructuras y recursos.
Surge el compendio de tecnologías sanitarias innovadoras para la COVID-19 y otras enfermedades prioritarias con un impacto inmediato y futuro mejorar los resultados de salud, esperanza, calidad de vida, asistencia y ofrecer una solución a una necesidad médica insatisfecha.
El compendio incluye elementos simples que van desde un aditivo blanqueador coloreado, que permite a simple vista identificar superficies y objetos no esterilizados, hasta equipos más complejos, aunque fáciles de usar, en los objetos se incluyen: medidor de frecuencia cardíaca, para recién nacidos, cámara termográfica de infrarrojo, radio MP3, solar de cuerda, una planta de generación de oxígeno, oxígeno desplegable, Re inspiración portátil, un sistema de monitorización respiratoria portátil, concentrador de oxígeno con energía solar, teleeducación, para covid-19, ventilador, para baja presión de entrada de oxígeno, un ventilador mecánico, control de presión, ventilador, con batería de mayor duración, detector de rayos X, de doble energía portátil.
Entre los productos prototipo están: mascarillas faciales reutilizables, a base de polipropileno, dispositivo óptico de detección de ictericia neonatal, ecografía pediátrica automatizada, equipo de protección personal, biodegradable, traje de protección personal reutilizable, concentrador y compresor de oxígeno con energía solar, ventilador, envasado en bolsa de reanimación y UCI con pantalla de forma de onda. En informe publicado por la OMS la semana pasada, el número de adultos de 30 a 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1,28 mil millones en los últimos 30 años y casi la mitad de estas personas no saben que tienen hipertensión. Los teléfonos inteligentes están ampliamente disponibles, incluso en las áreas más remotas o de bajos recursos.
La plataforma basada en software transforma los teléfonos inteligentes en un dispositivo médico capaz de medir la presión arterial con precisión, sin necesidad de ningún otro dispositivo o accesorio. La otra ventaja de la aplicación es que incluso en ausencia de un trabajador de la salud, los pacientes pueden autoexaminarse y controlar mejor su presión arterial.
El compendio proporciona una evaluación de las tecnologías, llevada a cabo por un grupo de expertos internacionales que trabajan con equipos de la OMS, sobre la base de: el cumplimiento de las especificaciones de la OMS en cuanto a rendimiento, calidad y seguridad; idoneidad de cada tecnología se comunican a través de un sencillo sistema de puntuación de semáforos, que indica si el producto es recomendado; recomendado con precaución o no recomendado (inapropiado, inseguro o inasequible) en entornos de bajos recursos; asequibilidad; facilidad de uso y estado de aprobación regulatoria.
Esta información es vital para ayudar a los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los donantes a decidir qué productos adquirir, asegurar de que estén fácilmente disponibles en todos los establecimientos de salud, a precios razonables, con calidad garantizada y se pueda tener acceso a la atención médica en todas partes del mundo.
Araceli Aguilar Salgado
Periodista y abogada