Desde el inicio de la civilización, algunas personas hemos sido sometidas a exclusión social y empobrecimiento; son muchos los motivos que han obligado a personas a migrar a diferentes partes del mundo. Esto representa, por diversas condiciones, un riesgo de exclusión para las personas que salen de su país de origen.
Sin embargo, la migración no es el único factor para sufrir este rechazo social. En verdad, existen otros que se relacionan y que no permiten el desarrollo integral del individuo.
Hace unos días, en mi amada República Dominicana, el presidente Luis Abinader convocó a un diálogo nacional a todas las fuerzas políticas y sociales; iniciativa que saludamos, puesto que deja ver la intención de unidad en pro de mejorar la vida nacional.
No obstante, esta plática se suscitó “paticoja” y excluyente; “muteando”, una vez más, a la comunidad dominicana que reside en el exterior, luego que Abinader anunciara 12 reformas sin tomar en cuenta a los más de 2 millones de dominicanos que aportaron a la economía nacional 6,159 millones de dólares en los primeros siete meses del 2021, según certifica el Banco Central, mientras persisten abusivas tarifas en los servicios consulares, el ilegal impuesto de la tarjeta de turista y otras medidas improcedentes.
La exclusión social no solo se refiere a los procesos de empobrecimiento materiales; es vista, también, en la limitación de participar en los procesos de desarrollo y avance de la sociedad dominicana.
A pesar de los grandes aportes que realiza la diáspora al país con las remesas que envían a sus familiares que se refleja en desarrollo social y económico, no fue tomada en consideración en el diálogo, evidenciando privación múltiple a nuestro colectivo.
En efecto, la limitación a que la diáspora participe en el diálogo, provoca así una acumulación progresiva de los problemas de las personas y familias que residen en el exterior, puesto que continúa reflejando la gran deuda social que tiene el Estado para con los dominicanos que residen en otras naciones.
En conclusión, se hace necesario que los supuestos “representantes”, los Diputados de Ultramar, asuman con veracidad su rol de representar a esta comunidad excluida que tanto aporta a la economía nacional.
Omar Nivar
Ciudadano