Señor director: Los cristianos hablan erróneamente del arrepentimiento y el perdón de los pecados, sin tomar en cuenta el sacrificio para purgar la pena.
“Yo soy salvo porque acepté a Cristo en mi corazón”, se suele escuchar comunmente dentro del ambiente del cristianismo. Un error histórico que se ha arrastrado desde el momento mismo de la crucifixión del Nazareno.
La realidad dista mucho de este concepto religioso.
Jesús murió por los pecados del hombre, eso no está en discusión, pero ¿de cuál hombre?.
Jesús vino a la tierra a vivir una vida de ejemplo. Su principal misión era reencauzar los caminos del creyente, organizar su iglesia y dar un ejemplo de amor y sacrificio por el prójimo. -Mi reino no es de este mundo. Dijo muchas veces, frase que muchos de sus seguidores nunca entendieron.
Jesús, que vivió una vida ejemplar, fue entregado a los romanos para que se cumplieran las escrituras, pero estos se negaron a juzgarlo, inclusive, Poncio Pilato se lavó las manos para desligarse del destino del Mesías, siendo su misma gente quienes lo condenan a muerte, cambiándolo por Barrabás.
Lo que no acaban de entender los cristianos, es que, precisamente, es por los pecados de Barrabás que Jesús muere en la cruz.
Luego de la muerte de Jesús, Barrabás se convierte al cristianismo y se dedica a predicar el amor de Dios y el sacrificio de su único hijo por las calles de Roma, hasta el fin de su existencia.
Barrabás encuentra la muerte defendiendo a los cristianos, cuando Nerón quema la ciudad, la noche del 19 de julio del año 64. Es decir, que Barrabás muere dando su vida por el hombre que murió por él en la cruz. ¿Quién puede dar mejor ejemplo de sacrificio?
Los cristianos hablan de sacrificio de Jesús, pero se apartan de su propio sacrificio. -Jesús lavó mis pecados con su sangre-, suelen decir, pero siguen pecando. Jesús vino a vivir como ejemplo, para que nosotros no pequemos. – Si conoces el mal, no lo pruebes, porque ya Jesús hizo su sacrificio, ahora te toca hacerlo a ti. Dicho en palabras llanas, a manera de ejemplo: Tú tienes una deuda que pagar y alguien que te quiere más de lo que te mereces, se sacrifica y paga esa deuda por ti. ¡Alabado sea el Señor!
Ya no tienes esa deuda, pero, si vuelves a endeudarte, la próxima cuenta eres tú quien tendrás que pagarla.
Jesús murió por los pecados de Barrabás… por los pecados tuyos, vas a morir tú amigo lector.
Juan T. Valenzuela
Ciudadano