Patria Libre es un nuevo partido en República Dominicana. Su lema es “Por la Soberanía, la Vida, la Libertad y la Prosperidad”.

Su Presidente es un chico joven, abogado de profesión y lector empedernido, llamado Fernando Abréu.
Fernando Abréu y su grupo, entre los que se destacan los comunicadores Jaime Rincón, Noelia Hazim y Aneudy Santos, conforman ahora la nueva derecha en República Dominicana. Su objetivo para el 2024 es entrar con fuerza al Congreso.

Tienen el sueño de un país donde sus habitantes sean libres y puedan disfrutar los frutos de su esfuerzo sin la opresión de la inmensa e injusta carga tributaria a la que están sometidos en la actualidad, y desde hace muchos años.

Proponen una reducción significativa del Estado dominicano, eliminando muchas de sus instituciones, que no son más que fuentes de despilfarro y corrupción, y creadoras de empleos improductivos.

Gracias a esto se podrá reducir el gasto público, los impuestos y las tantas y absurdas regulaciones que agobian a los ciudadanos, castigados ferozmente cuando producen y también cuando consumen.

Entienden que no hay peor injusticia que despojar al empleado y al emprendedor de los frutos de su esfuerzo, para mantener burócratas del gobierno de turno.

Aunque no fundamentan sus políticas en la religión, son fervientes creyentes en Dios (lo ponen por delante en todas sus intervenciones), y acérrimos defensores de la vida en todas sus vertientes. Por esto se oponen al aborto.

Están indignados con la invasión descontrolada de haitianos sobre nuestro territorio y con el sometimiento de nuestra soberanía a los dictados de organismos internacionales por los que ningún dominicano ha votado.

Combatirán el adoctrinamiento que se quiere llevar a cabo desde las escuelas e instituciones culturales a favor de la ideología de género, el feminismo radical (que incentiva el odio de la mujer hacia el hombre) y el alarmismo climático (que contemplan como una estrategia totalitaria, más que como una realidad con fundamento).

Y afirman que los tres partidos tradicionales que existen en el país han gobernado de la misma manera. Desde 1991 a la fecha estos partidos han tomado medidas que han agrandado de manera alarmante el Estado (su tamaño lo multiplicaron por 12 en términos reales), con el subsecuente peso opresor sobre la espalda del ciudadano que simplemente quiere emprender y trabajar honestamente, sin tener que enchufarse al tren gubernamental para poder prosperar.

A lo largo de estos años, han cambiado las caras, pero jamás el sistema.

Les deseo mucho éxito a estos jóvenes valientes. Y que sepan divulgar sus ideales en un mundo cada vez menos receptivo a los mismos.

Son una luz de esperanza.

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