Cuando mi hijo inició la universidad se sentaba conmigo a conversar de lo que estaba aprendiendo. Un día me contó que era su estrategia para fijarlo en su mente.
Hay muchas formas de aprender, cada uno debe buscar la suya. O aprovechar la que tiene a mano porque no siempre tenemos alguien con la disposición o conocimiento para sentarse a conversar.
–¿Cómo haces tú, Diego Sosa?
Me doy cuenta de que escribir sobre lo que me va sucediendo es una técnica que uso muy a menudo. Por eso muchas de mis columnas comienzan con una de mis vivencias.
Comento lo que voy leyendo o viendo que me interesa. Conversaciones analíticas al respecto me dejan nuevas ideas, que al plasmarlas en “papel”, se convierten en conocimiento nuevo adquirido y comenzado a fijar en mis pensamientos.
Aprender no es solo ver algo nuevo, hay que poder aplicarlo en el momento que se necesite. Es muy importante llevarlo a la memoria de largo plazo y analizar en qué situaciones puede sernos de utilidad.
Cuando pasé por el colegio mi método era por repetición de lectura. No conocía otras opciones, lamentablemente. Tampoco me fue de gran utilidad. Leía y leía hasta que podía pasar la prueba. Para el examen final tenía que volver a memorizar. No puedo considerar que aprendía… pocas cosas quedaron por mucho tiempo.
Hoy soy un devorador de informaciones. No todo me interesa almacenarlo. Algunas cosas solo quiero saber que existen, si un día me son de utilidad regresaré por ellas. Organizarlo es lo importante.
Lo que sí sé es que sin aprender nuevas cosas termino el día con un balance negativo. Muchas informaciones van quedando en el olvido, por lo que no es de sabios no aprender día a día.
¿Quieres probar hoy este método que me enseñó mi hijo? Es solo leer algo nuevo, y si te parece de utilidad, conversarlo con alguien y analizar en profundidad sus alcances, veracidad o practicidad. O escribe 100 palabras de lo que piensas tú al respecto.