Hace unos días en un almuerzo un amigo me criticó: “No te cuides tanto, tú estás muy bien para tu edad”. La respuesta siempre es que estar bien para mi edad se ha logrado por el cuido adecuado.
La prevención es una filosofía difícil en momentos que la vida es tan inmediatista. Escucho tanta gente arrepentirse de lo que hicieron o dejaron de hacer, teniendo todo a su alcance para hacerlo diferente… lo que ahora dicen que sería bien hecho.
No es que como mal, ni que hago dieta, sino que no me lleno demasiado, ni abuso de los azúcares y harinas. Para muchos hacer desarreglos es bueno; otros piensan que vivir de desarreglo en desarreglo es vivir.
Me gusta el deporte, aunque nunca me ha gustado el gimnasio. ¿Qué hago para sentirme bien? Disfrutar. Sí, tomo actividades que me gustan y las hago. No tengo que esperar que el médico me diga que debo hacer ejercicios, todos sabemos lo beneficioso que es. Tengo conocidos que después de problemas cardíacos han encontrado una pasión por algún tipo de actividad física. Un poco tarde… por suerte, no demasiado.
El éxito en la vida debe ir armonizado y en varios ámbitos. No podemos pensar sólo en lo económico; pienso que es importante, pero la autorrealización, que es el verdadero éxito, el interno, la sentimos en lo global.
Llegar a la cúspide de la carrera habiendo descuidado la salud, no es lo que nos dará más satisfacción. Lo mismo pasa con nuestras relaciones.
La misma salud es más compleja de lo que pensamos. Sin ella será muy difícil culminar un camino que quisiéramos. Escucho a muchos expresar la falta de fuerzas para afrontar retos.
Por todo esto, el paso 6 es cuidar lo que llamo “mi hotel”. Tanto en lo físico como en lo mental, debo llevarlo de manera que me dé el máximo de tiempo a su mejor capacidad. ¿Qué harás a partir de hoy para cuidar el hotel que te albergará el resto de tu vida?