A pesar de los grandes esfuerzos para generar un mayor interés y sobre todo una mayor detección oportuna, la Organización Mundial de la Salud asegura que el cáncer de mama sigue siendo la enfermedad de mayor prevalencia que afecta a las mujeres en todos los países del mundo. Tan solo en República Dominicana representa una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres, lo que ubica al cáncer de mama como una prioridad en la salud de la mujer.
En el marco del mes del cáncer de mama contra este padecimiento, vemos un sin fin de campañas, con un objetivo claro: promover la detección oportuna, a través de la autodetección para evitar el progreso de la enfermedad y en caso de ser detectado a tiempo, una mayor supervivencia de las mujeres, por ello, la gran pregunta sería: ¿Por qué la enfermedad sigue avanzando?
Si una de las grandes diferencias en el cáncer de mama es la posibilidad de supervivencia si es diagnosticado a tiempo, que de acuerdo con Cancernet, la tasa de sobrevivencia promedio a 10 años para las mujeres con cáncer de mama invasivo no metastásico es del 84%, y en el caso de invasivo que se encuentra solo en la mama, la tasa de sobrevivencia a 5 años para mujeres con esta enfermedad es 99%, porque no hemos logrado revertir la curva de crecimiento y mortalidad de la enfermedad.
Es ahí donde es urgente replantear las estrategias de comunicación, ya que de acuerdo con el Ministerio de Salud de la República Dominicana, el 35% de los tumores malignos diagnosticados son cáncer de mama y el 70% de las dominicanas detectadas con esta enfermedad empiezan a recibir tratamiento cuando ya la enfermedad está muy avanzada. Retraso que puede suceder, ya sea por la tardanza en la búsqueda de atención médica luego de que una mujer presenta un posible síntoma de cáncer de mama, o por la demora en el sistema de salud, particularmente al dar el diagnóstico definitivo.
Se deben redirigir los esfuerzos de comunicación, ya que, si es importante el diagnóstico oportuno, pero hace falta sumar a los mensajes, la importancia de obtener un medicamento lo antes posible, lo cual podría generar un mayor cambio en el rumbo de la enfermedad.
Igualmente, si se tuviera mayor información sobre los pacientes, ayudaría a conocerlos mejor, identificar mejor sus necesidades primarias, como el llegar a un medicamento lo antes posible, y secundarias, que son generadas por el mismo impacto de la enfermedad en la parte emocional, no solo del paciente sino también de los familiares.
La necesidad de información se refleja en esta falta de cambio de paradigma en las campañas, ya que de acuerdo a la información se deberían redirigir para lograr mejores resultados no solo en temas de impacto en el diagnóstico, sino también en tener un mayor acceso a los tratamientos.
También el empoderamiento, a través de la información, puede sumar para que las pacientes conozcan su derecho a la salud y a un tratamiento oportuno.
Sin duda alguna, se requieren de grandes esfuerzos para lograr una respuesta social organizada y afrontar el cáncer de mama como problema de salud pública, pero sobre todo se tienen que redirigir las campañas para sumar un mayor impacto en la incidencia del cáncer de mama.
Por Luis Anaya, director senior de Healthcare en LLYC para México, Panamá y República Dominicana