El Gobierno dominicano se comprometió ante la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas a trabajar para reducir los accidentes de tránsito y las muertes por esta causa en un 50% y así cumplir con el objetivo trazado para el año 2030.

Esto es de suma importancia porque los accidentes de tránsito constituyen una de las primeras causas de muerte en República Dominicana con cifras muy por encima del resto de los países de América Latina, pues mientras el promedio regional es de 16 muertes por cada cien mil habitantes el promedio en nuestro país es de 48.

De hecho, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), La República Dominicana ya ocupa el primer lugar de los países pertenecientes a las Naciones Unidas con más muertes por accidentes de tránsito en relación a su población.

En el 65 por ciento de los casos los accidentes involucran motoristas y/o peatones. Por otro lado, en más del 70% las víctimas son jóvenes de menos de 29 años de edad, con mayor frecuencia casi siempre en el mes de Diciembre, de manera más usual los domingos y los lunes y comúnmente en carreteras y grandes avenidas.

La principal causa de accidentes en el país en los últimos años no es el consumo de alcohol y drogas como muchos presumen, pues esta constituye el segundo lugar después del uso de celulares y pantallas que es la razón número uno a pesar de su prohibición expresa en la ley.

Si a la información anterior agregamos el hecho de que no se consideran accidentados los que transitan en bicicletas y que se estima que sólo se reportan de manera oficial el 36% de los casos, hay que concluir que los accidentes constituyen problema de grandes proporciones.

En un país con una población de casi 3 millones de vehículos hace falta mayor educación vial, pero tal vez sería prudente evaluar nuevos enfoques de la situación, como por ejemplo analizar modelos funcionales de otros países de América Latina en los que la autoridad de transporte es una dependencia de cada gobierno municipal, descentralización que ha dado excelentes resultados en los lugares en los que se ha llevado a cabo. De todas maneras, los nuevos planes y programas de seguridad vial anunciados hace unas semanas por el ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, en la citada Asamblea General de la ONU, lucen interesantes y prometedores. A esperar su ejecución.

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