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CConfieso, y no quiero justificar “malquerencias mías”, que no tenía en agenda escribir sobre el señor cónsul dominicano en la ciudad de Nueva York y su agria actitud de poder político.
Pero como en mi largo trajinar periodístico nunca he escondido lo que pienso, y cuando se trata de ir en defensa (y firme solidaridad) de mis colegas, no vacilo en exponer mis ideas.
Cuando leí la crónica, calzada con la firma del periodista Ramón Mercedes, sobre las cancelaciones de colegas que realizaban su trabajo profesional en el Consulado de República Dominicana en Nueva York, me pregunté: Pero, ¿y por qué el señor cónsul -haciendo uso de un poder político que al final será efímero- asumió esa actitud inhumana? ¡La decisión de cancelar a ese grupo de comunicadores dominicanos!
Entre los desvinculados, como se dice en estos tiempos de la modernidad comunicacional, figuran Erasmo Chalas, Ambiórix Hernández y Darío Abreu.
Paradoja: Los citados cancelados, con más de 25 años de labor ininterrumpida en el Consulado de RD en Nueva York, tienen vinculación (directa) con el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Respecto a Erasmo Chalas, que además de periodista es abogado, es el actual director de comunicación del PRM en Nueva York.
Chalas, en diferentes forums, ha defendido con uñas y dientes al gobierno del presidente Abinader y en plena campaña electoral discurrida en la comunidad dominicana en la urbe neoyorquina, antes de las pasadas elecciones, fue un ruidoso abanderado de la reelección presidencial.
Según reportes, “las cancelaciones por parte de Chu Vásquez se materializaron porque ellos (los desvinculados) son pensionados por el gobierno de República Dominicana y no pueden ejercer doble función en el sector público”. ¡Una justificación que se pierde en el eco de la diáspora quisqueyana en NY!
Esa macabra resolución administrativa del señor cónsul obedece -y no tengo que andar con rodeos ni medias tintas- a una pedantesca actitud de poder.
Bautizo esa maquiavélica resolución como un abuso de poder practicado por el veterano dirigente político que, en declaraciones a la prensa, se jactaba de proclamar: “Soy un hombre que lucha por el bienestar del pueblo”.
Ante esa gastada y manida proclama “chacharosa”, preciso que es puro cinismo y demagogia política de la más barata. Sé que no variará su injustificada decisión.
Pero, como la historia sigue su curso, que sepa Chu Vásquez que el poder del que hoy disfruta no será perenne, como tampoco lo será el que ahora ejerce el gobierno del PRM que en su segunda fase (período 2024-2028) dirige Luis Abinader.
La historia continúa, acompañada de la verdad y del implacable tiempo.