NUEVA YORK, EE.UU.- “Soy hombre, nada humano me es ajeno”.
El legendario pensamiento, que da pie el presente artículo, – y que desde tiempos inmemoriales mucha gente lo recuerda.- nos lo dejó el mítico escritor público Terencio, nacido en la ciudad romana de Cartago, hoy conocida como Túnez, según el informe de los más creíbles historiadores.
César Medina, veterano periodista dominicano -creo que su ejercicio profesional ronda los 45 años, o tal vez más- prácticamente está fuera de labor. Me refiero a que ya no está ejerciendo como periodista.
Pero, ¿por qué ya no ejerce?
1.- Porque hace tiempo que trabaja como diplomático. Ha sido embajador en España y Panamá. Y en la actualidad es vicecanciller de la República.
2.- Porque en los últimos ocho o nueve meses ha estado muy enfermo. El propio Cesar Medina, en una declaración pública, reveló sus graves problemas de salud, y de los que se hicieron eco todos los medios noticiosos de República Dominicana. También tuvo una amplia difusión en las ruidosas redes sociales.
Medina, sin ninguna pizca de duda uno de los más talentosos periodistas -tanto de la televisión como de la prensa escrita- , tras unos dos meses de dar a conocer su delicado estado de salud, no frenó su pluma.
Reanudó su muy leída columna en el matutino Listín Diario. E incluso llegó a publicar que escribía sus artículos desde su lecho en el Medical Center, donde fue recluido.
En mayo pasado estuve por 17 días por estos predios neoyorquinos. Vine a cubrir unas peleas de boxeo montadas
en el emblemático Madison Square Garden. En la ocasión, tenía en mi agenda visitar al colega enfermo y hablar con él, pero no me alcanzó el tiempo. Hasta hice contacto con el distinguido médico dominicano Rafael Lantigua.
En este nuevo viaje a Nueva York, sí giré una visita al prestigioso hospital Medical Center. Me recibió el doctor Lantigua. Le pregunté que si podía ver al paciente César Medina, para saber de su salud y preguntarle por qué ya no estaba escribiendo sus artículos.
“Pero ya César no está interno aquí…él está en Santo Domingo, aunque viene a hacerse sus chequeos de rutina”. Así me respondió Lantigua.
Espero que su salud tenga un positivo giro, que vuelva a ponerse frente al computador y dar sus ríspidos teclazos. ¡No debe dejarse vencer de los achaques!