La reciente sentencia del Tribunal Constitucional que favorece las candidaturas independientes marca un hito en la consolidación de la democracia y el fortalecimiento de los derechos políticos en la República Dominicana. Este fallo no solo reivindica los principios constitucionales de igualdad y participación, sino que también amplía las opciones de representación ciudadana fuera de las estructuras tradicionales de los partidos políticos.
El Tribunal Constitucional dictó la Sentencia TC/0788/24, declarando inconstitucionales los artículos 156 y 157 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral (Ley 20-23). Esta acción cuestionó la rigidez de los requisitos establecidos para las candidaturas independientes, al alegar que vulnera principios fundamentales de la Constitución, como el derecho a elegir y ser elegido, el pluralismo político y el principio de participación.El fallo no sólo pone de relieve las limitaciones de la Ley 20-23, sino que también plantea importantes desafíos para la Junta Central Electoral (JCE), institución responsable de implementar los cambios necesarios para garantizar el cumplimiento de la sentencia en futuros procesos electorales.
En primer lugar, abre un nuevo escenario en la competencia electoral, donde el ciudadano común podrá optar por cargos de elección popular sin la necesidad de intermediarios partidarios.
Uno de los retos más importantes será el montaje de los próximos procesos. La posibilidad de candidaturas independientes podría generar un desborde de aspiraciones, y aumentar exponencialmente la cantidad de candidatos en diferentes niveles. Esta situación, si no se regula adecuadamente, puede dificultar la organización y logística del proceso.
La JCE deberá revisar los reglamentos y procedimientos relacionados con las candidaturas independientes, eliminar barreras excesivas y facilitar la participación ciudadana. De igual manera la JCE debe definir con precisión los requisitos para la inscripción de candidaturas independientes, y asegurar que no se impongan obstáculos burocráticos o financieros que limiten su ejercicio.
La equidad en el acceso a los recursos del sistema electoral es algo que la JCE tendrá que considerar, para que los candidatos independientes puedan competir en igualdad de condiciones.
La fiscalización y uso de los fondos de campaña será un reto crucial. Es necesario evitar que las candidaturas independientes y de los partidos políticos se presten a prácticas irregulares, uso de dineros ilícitos o la falta de transparencia en los recursos.
Desde el proceso de inscripción de candidaturas hasta el escrutinio y proclamación de ganadores, la JCE deberá adaptar sus procedimientos para incluir a los candidatos independientes.
Este fallo representa un reto técnico y administrativo para la JCE, por lo que deberá actuar con celeridad y transparencia para implementar los cambios necesarios, y garantizar que las elecciones venideras cumplan con los estándares establecidos por el Tribunal Constitucional. La atención estará puesta en cómo la institución responderá a este llamado, en un momento crucial para la confianza ciudadana en el sistema electoral. La JCE tiene ahora la tarea de convertir este mandato en una realidad práctica, y marcar un antes y un después en la historia electoral del país.