Desde que mi esposa Zinayda y yo fundamos el canal Señales TV, en abril del año 2014, hemos estado implementando acciones para fortalecer los matrimonios en la República Dominicana, conscientes de que en estos tiempos los divorcios se han convertido en una epidemia no solo en nuestra nación, sino en todo el mundo.
De acuerdo con cifras que manejamos en nuestras investigaciones, en el país se producen casi 90 mil divorcios al año, entre legales y no reportados legalmente. Esto significa que en nuestra nación se produce un divorcio cada 7 minutos. En el mundo es mucho peor, en el caso de Inglaterra se produce un divorcio cada dos minutos. Y en Estados Unidos se divorcia una pareja cada minuto. Como se puede ver, los divorcios son una verdadera pandemia en el mundo.
Ante esa realidad, hemos decidido relanzar la Campaña en Defensa de los Matrimonios a través de Señales TV, de nuestras redes sociales y con la implementación de una serie de conferencias en diversas empresas privadas, clubes, escuelas, barrios e instituciones gubernamentales. Esa campaña tiene como eje central dar orientaciones para que se puedan construir “matrimonios sanos y felices”, que sean capaces de enfrentar con sabiduría los problemas que se presentan en una pareja y vencer la tentación del divorcio.
Como parte de nuestra campaña desde hace una semanas en la programación de Señales TV, en las redes sociales del canal y en las nuestras personales, han estado publicándose una serie de mensajes y de orientaciones sobre las diez claves para construir un matrimonio sano y feliz, que es la idea central del libro que publicamos con ese mismo título y de la conferencia que impartimos.
Y precisamente, la pasada semana a través de Instagram, realizamos un Live sobre una de esas claves, que ha sido ampliamente valorado por quienes nos siguen y respaldan en este esfuerzo para fortalecer los matrimonios. El Live fue sobre la cuarta clave para construir matrimonios sanos y felices: “Saber escuchar, estar dispuesto a ceder y aprender a perdonar”.
En nuestra transmisión decíamos que esa clave es muy difícil de aplicar en estos tiempos. Y nos preguntamos: ¿Cuántos divorcios pudieran haberse evitado si en la pareja, uno de los dos hubiese estado dispuesto a escuchar, a ceder y a perdonar? En los matrimonios hay un gran fallo, y es que nadie quiere perder ante una situación; todo el mundo quiere imponer su posición. Y debemos aprender a ceder.
En una relación matrimonial se debe tener siempre presente que cuando uno de los dos gana una discusión, pierde la pareja. El problema no es quién gane, lo correcto y conveniente es que gane la pareja. En los matrimonios hay que saber escuchar, no solo oír.
La diferencia entre escuchar y oír es que cuando tú oyes a alguien, te entra por un oído y te sale por el otro; no le das ninguna importancia. Pero cuando tú escuchas a alguien, le pones atención y estás pendiente de lo que plantea esa persona, le das importancia, la colocas en el lugar que le corresponde.
Unido al hecho de saber escuchar y ceder, debemos también aprender a perdonar. El esposo o la esposa que tenemos es un regalo que Dios puso a nuestro lado, para que juntos construyamos un proyecto de vida. Y como somos dos seres humanos imperfectos, ambos cometeremos errores, pecados, fallaremos al otro en algún momento. Cuando tu pareja cometa un error, tienes que saber manejar esa situación y actuar con sentido de amor. Debes aprender a perdonar, a entender a tu pareja, a corregir esos errores, siempre poniendo el amor como centro y a Dios como guía. Nadie quiere destruir su matrimonio; nadie se casa para divorciarse y romper su familia.
Ante los graves problemas que se presentan en los matrimonios es más que necesario que desarrollemos un alto de grado de comprender y perdonar a nuestras parejas. No hay ningún problema o dificultad, por abrumador que sea, que sea más grande que nuestro Dios. Él es más grande y poderoso que todos los problemas del mundo.
Debemos practicar el perdón de forma diaria; esto debe ser parte de nuestra rutina de amor. Y si no podemos canalizar correctamente ese perdón y persisten los problemas, debemos tener la humildad de orar juntos y buscar ayuda profesional que nos pueda acompañar para encontrar las vías de solución. Debemos tener presente que, tal y como dice la Biblia en 1 de Corintios 13:8, “el amor nunca deja de ser”.