Desastrosas lluvias son una calamidad que ha estado siempre presente y con la que hemos tenido siempre que lidiar, nada nuevo. Pero sí es novedad que sean ahora más frecuentes y graves, lo que hace pensar en el cambio climático. Si lluvias extremas e inundaciones son ahora el orden del día, se atribuye al cambio climático, una cuestión que ya la gente ve de atención prioritaria; no así el liderazgo mundial, lamentablemente. Nosotros hemos tenido dos amargas experiencias de ese tipo los dos últimos noviembres y ahora hay determinado trauma colectivo. Pronósticos ordinarios de lluvia causan temor o preocupación automáticos pues repentinamente puede caer mucha agua del cielo y no bendita

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