No tregua de la delincuencia, pese a “más policías”. No tregua de los accidentes de tránsito, con los motoristas como principales víctimas. No tregua de los feminicidios, pese a ser “época de amor, reconciliación y fraternidad”. No tregua del ruido pese a ser “tiempo de paz”. No tregua de la pobreza, pese a repartirse “cajas para los pobres”. No tregua de apagones, pese a bellos arbolitos y luces. No tregua del caótico tránsito, estos días empeora. No tregua de la precariedad financiera pese al doble sueldo. En Navidad las únicas “treguas” que tenemos son la de la política, tradicionalmente suspendida hasta enero y del calor. En todo lo demás la vida nacional continúa su incesantemente problemático, trágico y agobiante curso.
Sin tregua
No tregua de la delincuencia, pese a “más policías”. No tregua de los accidentes de tránsito, con los motoristas como principales víctimas. No tregua de los feminicidios, pese a ser “época de amor, reconciliación y fraternidad”.