El presidente Luis Abinader aspira a que patrones y trabajadores acuerden un incremento salarial que no sea como siempre, algo casi pírrico, sino que efectivamente supere los niveles de inflación. Sin embargo, a menos que el Gobierno dé dinero a los empresarios para eso, lo que se entiende locura, no habrá un arreglo así, o en caso de que sí, no sería sostenible. Si queremos desarrollo, hay que pagar mejores sueldos, lo sabemos, pero nuestra economía se fundamenta en los bajos salarios. Hay que hacer cambios estructurales: más y mejor educación técnica, especialmente en las nuevas tecnologías, y reducir impuestos, para un nuevo mercado laboral: mejores empleos, mejor pagados.