“Cielos abiertos” luce como una expresión casi poética; referida a la aviación comercial es algo distinto en cuanto a su aplicación, aunque en este campo fomente valores idílicos, como amistad y estrechamiento de fronteras nacionales. Su entrada en vigor requiere cumplir con ciertos protocolos y requerimientos. En ese sentido, tras la conclusión del convenio de cielos abiertos con Estados Unidos, las aerolíneas nacionales que busquen viajar a ese destino tendrán que acreditarse con sus aeronaves y personal a bordo, además de fijar itinerarios y frecuencias. No se trata de aquí vamos a una nueva ruta y nos reciben, sin formalidad; sino que es un proceso riguroso y puede tomar tiempo.