Reponerse de una adversidad, de manera exitosa y satisfactoria, es algo que nos causa plenitud.
Cuanto más fuerte y profunda sea la tribulación, más grande será el esfuerzo para lograr la resiliencia.
Esta es la manera de encontrar fuerzas para salir de una situación gallardamente y continuar nuestras vidas, sin que aquello que nos afectó sea un motivo para victimizarnos, hundirnos o paralizarnos.
La resiliencia nos hace fuertes, nos motiva a apoyar a otros, no coloca en un lado positivo de la vida y nos trae una trayectoria nueva y gratificante. Nos mantiene mirando hacia el frente, disfrutando lo que hemos logrado. Llena nuestro espíritu y trae felicidad.