Al parecer no está claramente establecida la razón por la que algunos literatos famosos han sido atraídos por los gatos, esos pequeños felinos de peculiar temperamento. Pero lo cierto es que Borges, por ejemplo, adoraba tanto a su gato Beppo que cuando la mascota falleció dijo: “quisiera morirme hoy mismo”. Ernest Hemingway tenía 12 gatos en su casa de Key West, en La Florida y escribió: “los gatos logran sin mayor esfuerzo lo que a los seres humanos nos está vedado: pasar por la vida sin hacer ruido”.

Para la escritora Susan Easterly, “las personas que aman a los gatos tienen algunos de los corazones más grandes que existen”.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas