Con cada año nuevo es común proponernos acometer cambios necesarios: dejar de fumar, ejercitarnos, comer saludable, etc. Pero en vez de hacer cosas que requieren esfuerzo, nos dejamos vencer por el deseo de relajarnos y hacer algo menos relevante pero divertido y placentero. Así hacemos costumbre de posponer o “procrastinar” y el año termina sin cambio. Y mirando al Estado dominicano, históricamente éste ha sido gran “procrastinador”. Gobierno tras otro, por costo político, intereses u otras razones, posponen las soluciones largoplacistas a los problemas nacionales. Aplican parches inmediatistas para “apagar fuegos” con lo que terminan agravándose. La problemática ambiental, por ejemplo, ha sido una de las más “procrastinadas”. Ahora organizar la casa luce tan irrealizable como la tarea de Sísifo.
Procrastinadores
Con cada año nuevo es común proponernos acometer cambios necesarios: dejar de fumar, ejercitarnos, comer saludable, etc. Pero en vez de hacer cosas que requieren esfuerzo, nos dejamos vencer por el deseo de relajarnos y hacer algo menos relevante…