Qué estupor, al tener que hacernos a la idea de que el caso Odebrecht, uno de los más grandes casos de corrupción internacional, pasó sin sanción en nuestro país. Muy duro, pero no nos queda más, después que la Suprema Corte de Justicia absolviera a Ángel Rondón y Víctor Díaz Rúa, únicos condenados por el caso. Fuimos el segundo país que cogió más sobornos; aquí hasta se instaló la oficina creada por la firma brasileña para esos fines, pero los sobornados nunca aparecieron. Odebrecht confesó que sobornó gente aquí, pero nunca se supo concretamente quiénes fueron y finalmente no hubo condenados. Qué decir, otra página en blanco, vergüenza nacional.

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