La “elección de las mujeres”, podría llamarse a la votación parcial del martes en Estados Unidos. Nunca tantas habían sido electas, incluyendo la más joven en el Congreso, Alexandria Ocasio, latina convertida en diputada a sus 29 años, una connotada historia de desarrollo y liderazgo joven. Este avance político femenino habría de impulsar finalmente, la elección de una mujer vicepresidente o presidente en la nación norteamericana. Aquí dos de nosotras han sido vicepresidentas, pero en general y pese a fórmulas de discriminación positiva como la cuota legislativa y municipal, la participación política femenina es vergonzosa. Consecuencia del machismo unido a la pobre democracia interna de los partidos. Llega a suceder que los hombres imponen “sus” candidatas o sesgan la competencia a su favor.