Somos país emisor y receptor de migrantes. Queremos que nuestros nacionales sean protegidos, tratados humanamente y no discriminados en sus destinos (Estados Unidos, Europa, etc.). Así lo hacemos, principalmente con Haití, país que genera migración masiva, ilegal, al nuestro. Ejemplo: sus nacionales reciben en nuestros hospitales atención médica como los dominicanos. Pero son muy diferentes los intereses migratorios de ambos. Haití es Estado fallido, el más pobre del hemisferio, y nuestro histórico antagonista territorial. Tenemos que aplicar nuestra soberanía migratoria; esa penetración hace peligrar al Estado, algo que no causa la nuestra en ninguna parte. Nuestro vecino fronterizo rubricó la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección; les conviene. Entonces, seguro que a nosotros no.