Hay cosas no escritas porque desafían la imaginación, se dice, como la controversia y serio cuestionamiento surgidos en torno al método o sistema D’Hondt, que se utiliza en el escrutinio proporcional en las elecciones para asignar los escaños en la Cámara de Diputados. La idea original era garantizar cierta equidad entre partidos pequeños y grandes, pero ha devenido en lo contrario. Pocos entienden entonces por qué candidatos muy votados han perdido frente a contendores con sufragios reducidos. ¿Y el voto preferencial para qué, entonces? Es materia para analizar a fondo y quizás otro punto a discutir en la proyectada reforma constitucional que, a propósito, debiera buscar reducir el número de legisladores.