Quién iba a pensar que se llegaría al extremo de matar a alguien por su actividad en defensa del medio ambiente en nuestro país; que alguien moriría asesinado por su condición de ambientalista o defensor del medio ambiente. Pues, para sorpresa, consternación e indignación nacional, nuestro país se ha “estrenado” en ese sentido. El agricultor y ambientalista Francisco Ortiz, asesinado al intentar impedir extracción de arena del río Tireo, Constanza, nuestro primer mártir ambiental. Sabíamos que la depredación ambiental en nuestro país y su combate eran un juego “duro”, pero ahora descubrimos hasta dónde son capaces de llegar los depredadores ambientales en defensa de sus intereses.