En medio de la vorágine de las “reformas”, hay que tener en cuenta el proceso de selección de los nuevos miembros de la Junta Central Electoral y darle la importancia y significación de lugar.
En algunas de las rondas de entrevistas realizadas por el Senado los postulantes han hecho un papel deslucido en sus exposiciones; pero otros han demostrado visión y buenas ideas, además de capacidad académica. Lo que se espera es que en la decisión final haya una serena evaluación, exenta por completo de favoritismos y enfoque sectario. A la JCE hay que llevar personas de probada integridad, prudencia y equilibrio, tres elementos esenciales para tener credibilidad.