Se aprecia que el fallo del Tribunal Constitucional que permite candidaturas independientes sin el requisito del aval de estructuras partidarias desatará todos los demonios entre la clase política tradicional.
Oficialmente los partidos mayoritarios no habían opinado al redactarse este artículo; pero ya vemos reacciones de temor y preocupación entre muchos de sus miembros. Argumentan que, a la luz del sorpresivo y polémico dictamen, las organizaciones políticas tendrán ahora muchos competidores que no necesitarán hacer grandes inversiones para optar por puestos electivos. Además, que podrían surgir candidatos extrapartidarios, los llamados “outsiders”, que consideran algo peligroso para la democracia.
Son puras pamplinas; como sienten sus dominios amenazados, lanzan cantos de sirena.