Quizá alguien no sepa que somos el país con más accidentes de tránsito del mundo. Sí, lo somos. Temeridad de conductores, falta de protección y señalización en calles y carreteras, incumplimiento de la ley, inacción y desidia de las autoridades que no supervisan ni hacen cumplir las leyes, entre otros, son los factores que se han conjugado para que tengamos esa indeseable distinción. Es un problema nacional y tenemos que acometerlo; pero pasa el tiempo, gobiernos van y vienen y nada mejora, sino que empeoramos. ¿Cuándo vamos a hacer lo que corresponde para civilizarnos en esta materia, que nos cuesta vidas y dinero, y podría afectar eventualmente el turismo?