Los tiroteos con saldos mortales siguen ocurriendo como siempre en Estados Unidos. Es, desgraciadamente, parte de la vida cotidiana en ese país y hemos terminado por reaccionar con indiferencia ante algo que Estados Unidos decidió que no tiene solución. Pero esta vez ha ocurrido uno que sí que nos afecta porque entre las víctimas figuran tres dominicanos, los hermanos Leovanny y Giguenson Peña y su primo Judelvi Peña, empleados de una lavandería de Pensilvania, donde el puertorriqueño Wilbert Rosado, de 61 años, atacó a tiros a sus compañeros de trabajo, tras haber sido despedido. Muy Estados Unidos. La violencia armada puede alcanzarnos a todos, pero, desafortunadamente, es una contingencia mayor allí.