Programas y procesos tienen que ser medidos y establecer índices, para establecer eficazmente si se registran avances, retrocesos o estancamientos. Pero hay que tener cierto cuidado en cuanto al manejo de las estadísticas, sobre todo cuando se refieren a la criminalidad y la delincuencia. Las autoridades se ufanan proclamando lo que definen como avances en la lucha contra el crimen. Aunque esto esté en ocasiones avalado por las cifras, estos datos tan publicitados tienden a irritar a las familias de personas que son asesinadas o pierden la vida en hechos violentos, de esos que frecuentemente se registran en barriadas populares, donde las bandas armadas están por sus fueros.