En cuanto al nuevo jefe o jefa del Ministerio Público, los ciudadanos aspiran a contar con un funcionario de recta trayectoria para que sus ejecutorias se enmarquen en la ley y los debidos procesos. El compromiso invariable debe ser con la institucionalidad para lo cual se necesita, además de la capacidad académica, ecuanimidad y gran equilibrio emocional en la administración de sus ejecutorias; rechazar cualquier asomo de censurable exceso. Independientemente de currículo y antecedentes, solo en la práctica podrá mostrar reales credenciales la persona que sea elegida por el Consejo Nacional de la Magistratura. Más que independencia absoluta, lo que se requiere es dependencia de la ética y de valores. l